Antes de leer este Post, deberías leer Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes (si no lo has hecho ya)

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Es curioso por donde puede discurrir el flujo de la vida.

Si pudiese viajar en el tiempo para hablar con mi yo del pasado (ese joven estudiante de Telecomunicaciones de primer o segundo curso) y le dijese que estoy trabajando de becario en una empresa de desarrollo web probablemente no se lo creería. Yo, que he renegado mil y una vez de la programación durante años junto a mis amigos de la carrera asegurándonos unos a otros que no íbamos a entrar en el mercado laboral programando porque el que empieza siendo programador, programador se queda de por vida. Es gracioso comprobar cómo todos los que ya hemos empezado a circular por el mercado laboral hemos ido tragándonos esas inocentes palabras.

Ingeniero de Telecomunicaciones con especialidad en Imagen y Sonido. Repito lo de Imagen y Sonido porque pude haber elegido en mi tercer curso especializarme en Telemática, pero claro, remitiéndome a mis palabras anteriores, teníamos la vista puesta en otro tipo de trabajo. Un trabajo que pocos logran o en su mayoría no se destina a Ingenieros. Recuerdo varias visitas que hicimos a varias empresas con la Universidad y preguntábamos por el número de Ingenieros en plantilla. Se podían contar con los dedos de una mano en cada empresa. Desolador. No conozco a ningún compañero de especialidad que se esté dedicando a lo que realmente quería cuando escogió esta rama.

Y en estas estaba yo, a expensas de acabar el Trabajo Fin de Grado para recibir el título cuando se me presentó la oportunidad de ingresar en Soltel. Yo, que mis conocimientos telemáticos se basaban en cinco asignaturas de la carrera, que sabía de mucho y de nada en concreto, que algunas de esas asignaturas las tuve que repetir porque prefería centrarme en otras asignaturas más atractivas, buscaba trabajo de programador.

Para el curso de formación no se requería experiencia, lo cual viendo cómo está el trabajo en este país para ser becario casi necesitas tener un Master o media vida trabajando. Esto junto con la oportunidad de aprender un oficio fue lo que llamo mi atención. Decidí guardar mis prejuicios en el cajón del olvido y escoger así una nueva senda en la vida. Así que desde que vi la oferta empecé a prepararme todo lo que pude, recordé mis viejos temarios olvidados y profundice en el lenguaje que más se oferta en cualquier página de búsqueda de trabajo: Java. Siempre he sido bastante inquieto y si algo llamaba mi atención no dudaba en indagar en ello. Así que me lance…

Ya ha pasado un mes y medio desde que entré a formar parte del equipo de becarios de Soltel. Ese Yo que renegaba de la programación ha desaparecido. Es curioso cómo algo que una vez se me llegó a hacer tedioso ahora capta mi atención y mis esfuerzos. Y creo que gran parte de la culpa la tiene este curso de formación así como las personas que lo rodean. El curso es absolutamente mucho mejor de lo que hubiese imaginado. Básicamente nos moldean a la medida de la empresa, sin exigirnos más de lo que podemos dar pero con la esperanza de que seamos capaces de demostrar que podemos llegar a ser un gran activo para ellos. Siempre tienen tiempo para resolver tus dudas y eso sumado al buen ambiente de la empresa hace que los días pasen de forma agradable y me sienta cómodo trabajando.

Y qué decir de lo que he aprendido en este mes y medio… He evolucionado cómo si fuese una serie de Fibonacci semana a semana. Sí, yo desde el principio tenía la visión para solucionar cualquier problema, pero me faltaba aprender a usar las herramientas para solucionarlo. Y a pesar de mis incansables búsquedas de información para solucionar los problemas, sino fuese porque tengo a mi lado a cinco magníficos compañeros (equipo de becarios) no hubiese aprendido tanto en tan poco tiempo. Es agradable comprobar cómo nos apoyamos entre nosotros y nos ayudamos mutuamente para solucionar cualquier problema que se presente. Somos un equipo y esto es una de las cosas que fomenta desde un principio la empresa.

Como nota simpática digna de mencionar, hay un halo en torno al Universo Star Wars en la empresa. Resulta que los becarios somos los Padawans y los empleados son los Jedis, con premio semanal tras votación al Yoda de la semana (con figurita luminosa y todo). Me gusta pensar que yo soy un poco Finn (mini spoiler del episodio siete) que empezó siendo un soldado del imperio pasando a ser un soldado de los rebeldes y cuyo futuro está en el aire (podría morir en un futuro o ser alguien el cual marcara la diferencia en la historia).

Quizás haya quedado un poco largo este post pero creo que era necesario hacerlo. Podrás comprobar que no guardo nada para mí cuando escribo por lo que honestamente puedo decir que siempre estaré agradecido a Soltel por ser la primera empresa en otorgarme la experiencia de trabajar.
Esta es mi historia. La historia de un becario.

Fdo: Antonio